Mi primer recuerdo con el papel se remonta a cuando tenía 5 años. Una tarde de abril luego de la escuela mi abuelo Dardo se sentó conmigo para enseñarme a hacer mi primer tarjeta que sería para el cumpleaños de mamá. Por suerte ella aún conserva todas mis «creaciones» de niña y es por eso que puedo mostrarles el resultado de ese día:
Pasó mucho tiempo de esto y yo seguí siendo una niña muy creativa, incentivada por mis abuelos maternos y mi mamá. Fui a clases de todo un poco: pintura, dibujo, escritura, órgano, guitarra clásica, solfeo, teatro y cuando llegó la hora de elegir carrera universitaria ya tenía claro que mi gran pasión era el cine.
Luego de un año en una privada me anoté por recomendación de los profesores en IENBA (Bellas Artes) y ahí toqué poco y nada el papel pero seguí explorando en todas las artes (no sabía con cual quedarme, aunque finalmente me ganó el área de Lenguajes Computarizados). En paralelo abrió la Escuela de Cine -también de Bellas Artes- y me anoté (como nó, si era mi sueño!). Así que por unos años más estuve haciendo ambas carrera a la vez y tenía poco tiempo para dedicarme a otra cosa que no fuera eso.
A todo esto, tenía muchas fotografías y recuerdos, viajes y experiencias que no quería olvidar y las documentaba en mis agendas y cuadernos «artísticos» decorando con alguna cosa de papelería (me atraían desde chiquita las papelerías, mas que mirar dibujitos) y nunca había oído nombrar la palabra «scrapbooking».
En 2013 impulsada por mi gusto por la fotografía, me abrí una cuenta en instagram y por esas cuestiones random surgió ante mis ojos una fotografía de alguien que hacia Project Life y dije «que bonito que es esto, me encantan esas tarjetas para mis agendas!».
Y empecé a explorar, navegué de aquí para allá y me di de lleno con este mundo. A fin de cuentas descubrí que lo que siempre hacía desde chica en mis «cuadernos» era Scrapbooking. Había muchas formas y estilos para hacerlo y se combinaban con otras actividades relacionadas (me gusta llamarles «parientes del scrapbooking» porque en realidad si no hay foto, no hay memoria ni fecha para recordar y un ejemplo de ello es el cardmaking, actividad que adoro hacer).
Puedo contar mis inicios nuevamente como 2013, ya que desde esa foto en instagram, el papel se ha vuelto mi gran obsesión -si, me gusta decirle así a aquello que amo con tanta pasión que no puedo vivir sin pensar, soñar y hacer todos los días- y abandoné el cine y los libros de arte. No puedo pasar un día sin hacer scrap, si pudiera explicarlo sería como eso que «llevo en la sangre».
Y ahora lo interesante de este post porque… nadie nació sabiendo ¿verdad? y es algo que digo constantemente a la quienes me escribe para pedirme consejos, mis inicios son tan desastrosos como podrían ser los de cualquier persona que «hace sin saber».
Mi mejor tarjeta:
Tarjeta animada con sellos de Motion Crafts, PaperFest Abril/Mayo 2018
Layout para el Challange #3 de Paige Evans en Happy Scrappy Place (FB).
Ahora si, basta de risas y nostalgias! ¿Ves que tampoco era tan wooow en mis inicios? Lo mas importante que quiero aconsejarte hoy es que no te compares, a algunas personas les salen bien las cosas de entrada (con intuicion y ojo a favor) y al restro de los mostrales nos salen «procesos».
Asi que animate a empezar en este mundo creativo juntando, fotos, papeles y uniendo con pegamento y brillantina porque es asi como sucede la magia del scrapbooking. Gracias por leerme hasta el final, Lady.
2 Comentarios. Dejar nuevo
Estupenda entrada. Gracias por compartirnos tus memorias. Muy bonito Layout. Saludos Lady Nany.
Gracias por leerme!